Hombres y engranajes pdf




















Karl Marx, El capital, vol. I, Barcelona, Grijalbo, , p. Buber, op. Mumford, op. Mounier, op. Como en el existencialismo cristiano, la contingencia toma el significado de un misterio incitador.

Berdiaeff, El sentido Quintero, Buenos Aires, Nova, , p. Esta creencia le permite afianzar su proyecto humanista de signo cristiano. Citamos por el texto incluido en Obras: ensayos. En Obra completa. El resultado es decepcionante y corrobora el irracionalismo, sin paliativos, de Sabato.

Ese siglo en que todos los males de la humanidad iban ser resueltos mediante la Ciencia y el Progreso de las Ideas; en que se pona a los hijos nombres como Luz y Libertad, y en que se constituan bibliotecas de barrio llamadas Msculo y Cerebro. No me ro de algo tan entraablemente unido a mi infancia y adolescencia: ms bien me sonro con esa irnica ternura con que miramos las viejas fotografas de nuestros abuelos.

Todava recuerdo los das de mi niez en un pueblo pampeano, con sus socialistas de corbata voladora y grandes sombreros negros. Y aquellas bibliotecas en que se acumulaban libros de tapas blancas, con el retrato del autor en un valo: Reclus, Spencer, Zola o Darwin, ya que hasta la teora de la evolucin pareca subversiva y un extrao vnculo una la historia de los peces y marsupiales con el Triunfo de los Nuevos Ideales. Y tampoco faltaba la Energtica, de Ostwald, esa especie de biblia termodinmica, en que.

Dios apareca sustituido por un ente laico pero tambin enigmtico, llamado Energa, que, como su predecesor, lo explicaba y lo poda todo, con la ventaja de estar relacionado con la Locomotora. El siglo XX esperaba agazapado como un asaltante nocturno a una pareja de enamorados un poco cursis. Esperaba con sus carniceras mecanizadas, el asesinato en masa de los judos, la quiebra del sistema parlamentario, el fin del liberalismo econmico, la desesperanza y el miedo. En cuanto a la Ciencia, que iba a dar solucin a todos los problemas del cielo y de la tierra, haba servido para facilitar la concentracin estatal y mientras por un lado la crisis epistemolgica atenuaba su arrogancia, por el otro se mostraba al servicio de la destruccin y de la muerte.

Y as aprendimos brutalmente una verdad que debamos haber previsto, dada la esencia amoral del conocimiento cientfico: que la ciencia no es por s misma garanta de nada, porque a sus realizaciones les son ajenas las preocupaciones ticas. Frente al caos capitalista, surgi el movimiento socialista, pero pronto adquiri los atributos del siglo que quera combatir: la Ciencia y la Mquina se convirtieron en sus dioses tutelares, y al socialismo "utpico" de Owen, Fourier y Saint-Simon sucedi el socialismo "cientfico" de Marx.

Y de este modo, la concentracin del poder estatal mediante la ciencia y la economa condujo a los superestados basados en la mquina y en la totalizacin. Esta crisis no es slo la crisis del sistema capitalista: es el fin de toda esa concepcin de la vida y del hombre, que surgi en Occidente con el Renacimiento. De tal modo que es imposible entender este derrumbe si no se examina la esencia de esa civilizacin renacentista. Tal como Berdiaeff advirti, el Renacimiento se produjo mediante tres paradojas: 1a Fue un movimiento individualista que termin en la masificacin.

Que no son sino aspectos de una sola y gigantesca paradoja: la deshumanizacin de la humanidad. Esta paradoja, cuyas ltimas y ms trgicas consecuencias padecemos en la actualidad, fue el resultado de dos fuerzas dinmicas y amorales: el dinero y la razn. Con ellas, el hombre conquista el poder secular. Pero y ah est la raz de la paradoja esa conquista se hace mediante la abstraccin: desde el lingote de oro hasta el clearing, desde la palanca hasta el logaritmo, la historia del creciente dominio del hombre sobre el.

El capitalismo moderno y la ciencia positiva son las dos caras de una misma realidad desposeda de atributos concretos, de una abstracta fantasmagora de la que tambin forma parte el hombre, pero no ya el hombre concreto e individual sino el hombre-masa, ese extrao ser todava con aspecto humano, con ojos y llanto, voz y emociones, pero en verdad engranaje de una gigantesca maquinaria annima. Este es el destino contradictorio de aquel semidis renacentista que reivindic su individualidad, proclamando su voluntad de dominio y transformacin de las cosas.

Ignoraba que tambin l llegara a transformarse en cosa. Hombres como Pascal, William Blake, Dostoievsky, Baudelaire, Lautramont, Kierkegaard y Nietzsche intuyeron que algo trgico se estaba gestando en medio del optimismo.

Pero la Gran Maquinaria sigui adelante. Desolado, el hombre se sinti por fin en un universo incomprensible, cuyos objetivos desconoca y cuyos Amos, invisibles y crueles, lo llenaban de pavor. Mejor que nadie, Franz Kafka expres la sensacin de desamparo del hombre de nuestro tiempo.

Y aunque la soledad del hombre es perenne, no sociolgica sino metafsica, nicamente una sociedad como sta poda revelarla en toda su magnitud. As como ciertos monstruos slo pueden ser entrevistos en las tinieblas nocturnas, la soledad de la criatura humana se tena que revelar en toda su aterradora figura en este crepsculo de la civilizacin maquinista.

Esta doctrina sobre las propiedades del ejrcito turco es bastante popular y, aunque no sea con tal nitidez, figura en muchos textos escolares. Y hasta tal punto domina en la enseanza que al doblar el cabo del ao se pasa a otro volumen y a otro ao de estudios. Cuando ya de grande me interes por la historia de la ciencia, encontr que en aquella poca tenebrosa que antecedi a la cada de Constantinopla los europeos haban inventado o reinventado la plvora, la imprenta, las armas de fuego, la brjula, la pintura al leo, las catedrales, el molino de viento, el molino de agua, las lentes, el timn, la exclusa, la forja de fuelle, la medicina y la ciruga, el reloj mecnico, los fundamentos de la ciencia experimental, los vitrales, los esmaltes, los mapas matemticos, la navegacin de altura, la industria de los tejidos y del vidrio.

Quines haban elaborado todo eso? En general, es peligroso cortar la historia en pedazos. Pero, si debemos buscar el viraje que origin nuestra civilizacin, hay que buscarlo en la poca de las Cruzadas. Es ah, en las comunas burguesas, donde verdaderamente se inician los Tiempos Modernos, con una nueva concepcin del hombre y su destino.

El hombre se sumerge en los valores espirituales y slo vive para Dios: el dinero y la razn emigran hacia mejores territorios, refugindose en Bizancio, en el imperio musulmn, entre los judos. Bajo la doble presin de la tica cristiana y del aislamiento militar, el hombre de Occidente renunci durante seis siglos a las dos potencias que mejor parecen representar los halagos de la materia y del pensamiento, la tentacin del espritu mundano.

Es difcil precisar por qu despierta Occidente. Lo que sucede es el resultado de infinitos factores, desde una tica hasta la belleza de una mujer, desde una estructura econmica hasta el poder de conviccin de un fantico a caballo. Es muy difcil, y a menudo muy bizantino, establecer las causas ltimas de un acontecer histrico; parece mejor tomar el hecho en su totalidad, como una estructura cerrada. Hacia la poca de las Cruzadas comienza el despertar de Occidente, gracias a un conjunto de factores concomitantes: el debilitamiento del poder musulmn, la relativa tranquilidad de las ciudades despus de tantos siglos de lucha y destruccin, la prdida de las esperanzas en el advenimiento del reino de Dios sobre la tierra, la reapertura del comercio mediterrneo.

Cul de todos ellos es el factor ltimo? No es fcil discriminarlo, Pero en cambio es fcil advertir que debajo de todos ellos actan dos fuerzas fundamentales: la razn y el dinero. El levantamiento de la razn comienza en el seno de la teologa hacia el siglo XI, con Berengario de Tours. San Pedro Damin combate esta tentativa, manifestando su desconfianza por la ciencia y la filosofa, poniendo en duda la validez de las leyes del pensamiento y, en particular, la validez absoluta del principio de contradiccin, que aunque rige en el mundo de lo finito afirma no rige para el ser divino.

La polmica se agudiza con Abelardo, quien sostiene que no se debe creer sin pruebas: slo la razn debe decidir en pro o en contra. Es silenciado por San Bernardo, pero representa, en pleno siglo XII, el heraldo de los tiempos nuevos, en que la inteligencia, ya desenfrenada, no reconocer otra soberana que la de la razn. Cunto he reforzado y ensalzado Tu doctrina! En verdad, si fuera Tu enemigo, podra invalidarla y refutarla con argumentos todava ms poderosos.

Entonces, toda la gigantesca estructura de la Iglesia y de la Feudalidad se vendr abajo. El dinero haba aumentado silenciosamente su podero en las comunas italianas desde las Cruzadas. La Primera Cruzada, la Cruzada por antonomasia, fue la obra de la fe cristiana y del espritu de aventura. Pero la historia es tortuosa y era el destino de este ejrcito seorial servir casi exclusivamente al resurgimiento mercantil de Europa: no se conservaron ni el Santo Sepulcro ni Constantinopla, pero se reanudaron las rutas comerciales con Oriente.

Las Cruzadas promovieron el lujo y la riqueza y, con ellos, el ocio propicio a la meditacin profana, el humanismo, la admiracin por las ciudades de la antigedad. As comenz el podero de las comunas italianas y de la clase burguesa. Sus luchas y su ascenso provocaron transformaciones de tan largo alcance que hoy sentimos sus ltimas consecuencias. Ya que nuestra crisis es la reduccin al absurdo de aquella irrupcin de la clase mercantil.

Su realidad ser ahora secular y profana, o tender a serlo cada vez ms, pues una visin del mundo no cambia instantneamente. Pero lo que importa es ver las lneas de fuerza que ocultamente empiezan a dirigir la orientacin de una sociedad, la inquietud de sus hombres, la direccin de sus miradas; slo as puede saberse lo que va a acontecer visiblemente varios siglos despus.

La profanidad de Rafael no se explica sin esa oculta tensin de las lneas de fuerza que empiezan a actuar ya en el siglo XII. Entre un Giotto y un Rafael comienzo y fin de un proceso hay toda la distancia que media entre un pequeoburgus profundamente cristiano, todava sumergido hasta la cintura en la Edad Media, y un artista mundano, emancipado de toda religiosidad.

La vuelta a la naturaleza es un rasgo esencial de los comienzos renacentistas y se manifiesta tanto en el lenguaje popular como en las artes plsticas, en la literatura satrica como en la ciencia experimental.

Los pintores y escultores descubren el paisaje y el desnudo. Y en el redescubrimiento del desnudo no slo influye la tendencia general hacia la naturaleza, sino el auge de los estudios anatmicos y el espritu igualitario de la pequea burguesa: porque el desnudo, como la muerte, es democrtico.

La primera actitud del hombre hacia la naturaleza fue de candoroso amor, como en San Francisco. Pero dice Max Scheler que amar y dominar son dos actitudes complementarias, y a ese amor desinteresado y pantestico sigui el deseo de dominacin, que habra de caracterizar al. De este deseo nace la ciencia positiva, que no es ya mero conocimiento contemplativo, sino el instrumento para la dominacin del universo. Actitud arrogante que termina con la hegemona teolgica, libera a la filosofa y enfrenta a la ciencia con el libro sagrado.

El hombre secularizado animal instrumentificum lanza finalmente la mquina contra la naturaleza, para conquistarla. Pero dialcticamente ella terminar dominando a su creador. En cambio, el fundamento del mundo moderno es la ciudad; la sociedad resultante es dinmica, liberal y temporal. En este nuevo orden prevalece el tiempo sobre el espacio, porque la ciudad est dominada por el dinero y la razn, fuerzas mviles por excelencia.

La dinmica es una rama moderna de la fsica, contempornea de la industria y de la balstica del Renacimiento; los antiguos slo haban desarrollado la esttica. La caracterstica de la nueva sociedad es la cantidad. El mundo feudal era un mundo cualitativo: el tiempo no se meda, se viva en trminos de eternidad y el tiempo era el natural de los pastores, del despertar y del descanso, del hambre y del comer, y del amor y del crecimiento de los hijos, el pulso de la eternidad; era un tiempo cualitativo, el que corresponde a una comunidad que no conoce el dinero.

Tampoco se meda el espacio, y las dimensiones de las figuras en una ilustracin no correspondan a las distancias ni a la perspectiva: eran expresin de la jerarqua. Pero cuando irrumpe la mentalidad utilitaria, todo se cuantifica. En una sociedad en que el simple transcurso del tiempo multiplica los ducados, en que "el tiempo es oro", es natural que se lo mida, y que se lo mida minuciosamente. Desde el siglo XV los relojes mecnicos invaden Europa y el tiempo se convierte en una entidad abstracta y objetiva, numricamente divisible.

Habr que llegar hasta la novela actual para que el viejo tiempo intuitivo sea recuperado por el hombre. El espacio tambin se cuantifica. La empresa que fleta un barco cargado de valiosas mercancas no va a confiar en esos dibujos de una ecumene rodeada de grifos y sirenas: necesita cartgrafos, no poetas.

El artillero que debe atacar una plaza fuerte necesita que el matemtico le calcule el ngulo de tiro. El ingeniero civil que construye canales y diques, mquinas de hilar y de tejer, bombas para minas; el constructor de. El artista de aquel tiempo surge del artesano en realidad de la misma persona y es lgico que lleve al arte sus preocupaciones tcnicas.

Piero della Francesca, creador de la geometra descriptiva, introduce la perspectiva en la pintura. Entusiasmados con la novedad, los pintores italianos comienzan a emplear una perspectiva abundante y muy visible, como nuevos ricos de este arte geomtrico.

El viejo Uccello se extasa tanto ante el invento, que su mujer tiene que reclamarlo repetidas veces para la comida. Leonardo escribe en su Tratado: "Dispon luego las figuras de hombres vestidos o desnudos de la manera que te has propuesto hacer efectiva, sometiendo a la perspectiva las magnitudes y medidas, para que ningn detalle de tu trabajo resulte contrario a lo que aconsejan la razn y los efectos naturales".

Y en otro aforismo agrega: "La perspectiva, por consiguiente, debe ocupar el primer puesto entre todos los discursos y disciplinas del hombre. En su dominio, la lnea luminosa se combina con las variedades de la demostracin y se adorna gloriosamente con las flores de las matemticas y ms an con las de la fsica". Segn Alberti, el artista es ante todo un matemtico, un tcnico, un investigador de la naturaleza. Y as, tambin, irrumpe la proporcin. El intercambio comercial de las ciudades italianas con Oriente facilit el retorno de las ideas pitagricas, que haban sido corrientes en la arquitectura romana.

Pero es con la emigracin de los eruditos griegos de Constantinopla cuando en Italia comienza el real resurgimiento de Platn y, a travs de l, de Pitgoras.

Cosimo recoge a los sabios y l mismo sigue sus enseanzas en la Academia de Florencia. De este modo, el misticismo numerolgico de Pitgoras celebra matrimonio con el de los florines, ya que la aritmtica rega por igual el mundo de los poliedros y el de los negocios.

Con razn sostiene Simmel que los negocios introdujeron en Occidente el concepto de exactitud numrica, que ser la condicin del desarrollo cientfico. El viejo tirano dejaba sus mltiples preocupaciones para asistir, embelesado, a las discusiones acadmicas; y, por un complicado mecanismo, Scrates lo aliviaba del ltimo envenenado. Lo mismo, ms tarde, su nieto Lorenzo: "Sin Platn, me sentina incapaz de ser buen ciudadano y buen cristiano", aforismo paradjico que no le impeda degollar o ahorcar a sus enemigos polticos.

Nada muestra mejor el espritu del tiempo que las obras de Luca Pacioli, especie de almacn en que se encuentran desde los inevitables elogios al duque hasta las proporciones del cuerpo humano, desde. Sucesivamente la califica de divina, exquisita, inefable, singular, esencial, admirable, innominable, inestimable, excelsa, suprema, excelentsima, incomprensible y dignsima.

Parece como si hablara del propio Duque de Miln. Este concepto pitagrico tuvo influencia en casi todos los artistas del Renacimiento italiano, as como en Durero.

Pero tambin se extendi al campo de las ciencias, como puede observarse en los trabajos de Cardano, Tartaglia y Stevin. Finalmente, reaparece en la mstica de la armona kepleriana y en las hiptesis esttico-metafsicas que sirvieron de base a las investigaciones de Galileo.

Porque los que piensan que los hombres de ciencia investigan sin prejuicios esttico-metafsicos tienen una idea bastante singular de lo que es la investigacin cientfica. Este es el hombre moderno. Conoce las fuerzas que gobiernan el mundo, las tiene a su servicio, es el dios de la tierra: es el diablo. Su lema es: todo puede hacerse. Sus armas son el oro y la inteligencia.

Su procedimiento es el clculo. Despus de haber eliminado a Foscari y a su hijo, agrega: "Pagado". Gianozzo Manetti ve en Dios algo as como el maestro duno traffico. Villani considera que las donaciones y limosnas son una forma contractual de asegurarse la ayuda divina. Inocencio VIII instaura un banco de indulgencias, en donde se venden absoluciones por asesinatos.

Esta mentalidad calculadora de los mercaderes se extiende en todas direcciones. Empieza por dominar la navegacin, la arquitectura y la industria. Con las armas de fuego invade el arte de la guerra, a travs de la balstica y la fortificacin. Se desvalorizan la lanza y la espada del caballero, a la bravura individual del seor a caballo sucede la eficacia del ejrcito mercenario.

A estos ingenieros no les interesa la Causa Primera. El saber tcnico toma el lugar de la preocupacin metafsica, la eficacia y la precisin reemplazan a la angustia religiosa. Para juzgar hasta qu punto esto es la esencia del espritu burgus, vase la crtica que Valry hace a la metafsica en Leonardo y los filsofos: aunque falaz, es la misma que hace Leonardo, la misma que hacen los pragmatistas y positivistas, esos ingenieros de la filosofa. La mentalidad calculadora invade finalmente la poltica: Maquiavelo.

Se impone una concepcin dinmica e inescrupulosa. Que no reconoce honor, ni derechos de sangre, ni tradicin. Qu lejos estamos de aquella cristiandad unida en su fe contra los infieles! El Papa Alejandro VI intenta la alianza de los turcos contra los venecianos. Las dinastas se levantan y se liquidan mediante el pual de asesinos a sueldo, a tantos ducados por cabeza.

El poder es el dolo mximo y no hay fuerzas que puedan impedir el desarrollo de los planes humanos. Leonardo, en sus laboriosas noches del hospital Santa Mara, inclinado sobre el pecho abierto de los cadveres, busca el secreto de la vida y de la muerte, quiere ver cmo Dios crea seres vivos, ansia suplantarlo, exclama: "Voglio fare miracoli!

El Renacimiento, como cualquier poca, slo puede ser profundamente juzgado si se lo piensa como la lucha y la sntesis de fuerzas encontradas. La afirmacin provisoria y parcial de que el Renacimiento es un proceso de secularizacin no implica negar el misticismo de Savonarola o de Miguel ngel. Bastara sentir por un instante, en el Palazzo del Bargello, la tierna y estremecida actitud del San Giovannino, de Donatello, para comprender hasta qu punto es trivial aquella creencia sobre la mera profanidad del Renacimiento.

Una doctrina no traduce unvocamente una poca, sino se forma de manera compleja; en parte por el desarrollo autnomo y puramente intelectual de las ideas anteriores por o en contra de esas ideas, en parte como manifestacin del espritu de su tiempo.

Y tambin esto de manera polmica: al espritu religioso de la Edad Media sucede el espritu profano de la burguesa; pero, al asumir ste sus formas ms groseras, suscita la reaccin mstica de Savonarola. Artistas como Miguel ngel y Botticelli fueron intensamente conmovidos por esta reaccin, y no slo no contradicen la profanidad del Renacimiento, sino que son su consecuencia.

Por eso es falso afirmar que "el Renacimiento es una vuelta a la antigedad". La historia no retorna jams. Lo que hay es un retorno de ciertas caractersticas del espritu grecolatino, en la medida en que tambin haba sido un espritu ciudadano, el producto de una cultura de ciudades, una civilizacin. Mas las ciudades renacentistas eran ciudades distintas de las. Cmo sera posible comparar el realismo de un espritu cristiano como Donatello con el realismo de un escultor griego?

La importancia del cristianismo se revela hasta en aquella actividad del espritu que, por su naturaleza, parece ms alejada: la ciencia positiva. Mucho se sorprenderan los anticlericales de barrio si se les dijese que la ciencia occidental naci gracias a la Iglesia, y no obstante es as.

Creo posible explicar aquel proceso de la siguiente manera: Durante la Edad Media, la Iglesia est caracterizada por dos temas: el dogma y la abstraccin.

La burguesa aparece caracterizada por los dos temas contrapuestos: la libertad y el realismo. Entre los clrigos y los burgueses estn los humanistas.

El sentido naturalista, concreto, vivo del humanismo, frente a la aridez escolstica, lo hace un aliado de la burguesa: con su paganismo, conmueve los fundamentos de la Iglesia, es revolucionario, ayuda al ascenso de la nueva clase; los dos temas de la burguesa libertad y realismo son los suyos propios; y no es extrao, en consecuencia, que la mayor parte de los humanistas proviniesen de la clase mercantil.

Al otorgar a los escritos de los antiguos tanto valor como a la Biblia, el cristianismo se hizo irreconocible en estos hombres; la yuxtaposicin de ambos cultos tena que conducir a la indiferencia y finalmente al ataque de la moral cristiana y de las instituciones eclesisticas, paso que dio Lorenzo Valla, esa especie de protestante avant la lettre.

Pero en el momento en que el humanismo se extasa con la antigedad, en el momento en que hace de su culto un juego cortesano y exquisito, se vuelve conservador y reaccionario: tcnicos como Leonardo, los hombres que mejor representan el espritu de la modernidad, mirarn como a charlatanes a los seores que se pasaban el da discutiendo en la Academia, a esos pedantes que haban vuelto la espalda al lenguaje popular para entregarse a la vana resurreccin del latn, a esos presuntuosos que haban dejado de llamarse Fortiguerra o Wolfgang Schenk para convertirse, grandiosamente, en Cartero-machus y Lupambulus Ganimedes.

De esta manera, el humanismo pasa del tema de la libertad al tema del dogma, al dogma de la antigedad. Y de la revolucin pasa a la reaccin. En cuanto al burgus, haba insurgido como realista, preocupndose solamente por lo que tena delante de las narices, desconfiando de toda suerte de abstracciones. Pero con palancas y ruedas no se hace la ciencia moderna: es necesario unir los hechos en un esquema racional y abstracto.

Por eso, paradjicamente, la ciencia positiva no pudo surgir sin la ayuda de la Iglesia, pues mientras su faz tcnica y utilitaria proviene de la burguesa,. De este modo, apenas la burguesa ha llegado a la etapa de la ciencia, hace suyo el tema de la abstraccin, que caracterizaba a la escolstica, pero lo instrumenta a su modo, unindolo al saber concreto y utilitario, entrelazndolo a los poderes temporales de la mquina y el capitalismo y, a travs del nmero, al tema de la belleza en la proporcin, que era tpico del humanismo.

Y as, en este fugaz reinado pitagrico, omos la ltima parte de una compleja partitura, en que todos los temas iniciales aparecen complicados y entrelazados de tal manera que apenas puede distinguirse a Platn de Aristteles, a las preocupaciones prcticas de las metafsicas, a la aridez escolstica de la intuicin concreta.

Pero esto no es todo. Adems del cristianismo, hay dos fuerzas que complican aun ms el proceso renacentista.

Como dice Jung, el proceso cultural consiste en una dominacin progresiva de lo animal en el hombre, un proceso de domesticacin que no puede llevarse a cabo sin rebelda por parte de la naturaleza animal, ansiosa de libertad.

De tiempo en tiempo, una especie de embriaguez acomete a la humanidad, que ha ido entrando por las vas de la cultura. La antigedad experiment esa embriaguez en las orgas dionisacas, desbordadas de Oriente, y que constituyeron un elemento esencial y caracterstico de la cultura clsica.

Segn la ley ya establecida por Herclito de la enantiodroma, o contracorriente, todo marcha hacia su contrario, y a la orga dionisaca tena que seguir, fatalmente, el ideal estoico y luego el ascetismo de Mitra y de Cristo; hasta que, con el Renacimiento, un nuevo, tumultuoso y adolescente entusiasmo intenta el dominio del espritu humano.

Este espritu dionisaco explica la duplicidad de muchos grandes hombres del Renacimiento, que en ciertos casos llevar hasta la neurosis. Federico rated it really liked it May 21, Silvia rated it it was ok Jan 04, If you are a seller for this product, would you like to suggest updates through seller support? Amazon Inspire Digital Educational Resources.

Order a copy Copyright or permission restrictions may apply. Debors Olalla rated it really liked it Apr 22, Thanks for telling us engranaje the problem. Lists erensto This Book. Daniel Bustamante rated it really liked it Apr 05, Want to Read saving…. Learn more about Amazon Prime.

Nicolas rated it it was hombres y engranajes ernesto sabato Jan 06, He then attended the Sorbonne in Paris and worked at the Curie Institute. Just a moment while we sign you in to your Goodreads ernwsto. Want to Read Currently Reading Read. Just a moment while hombres y engranajes ernesto sabato sign you in to your Goodreads account. Sabato began his studies at the Colegio Nacional de La Plata. There are no ernesgo topics on this book yet. This book is not yet featured on Listopia.

Aug 14, Eliana Rivero rated it really ernexto it. After World War II, he lost faith in science and started writing. New search User lists Site feedback Ask a librarian Help. How do I find a book? Debors Olalla rated it really liked it Apr 22, View or edit your browsing history. BookOnline — Google Books.



0コメント

  • 1000 / 1000